Mudarse a la casa de sus sueños en una tranquila calle cerrada en el sur de California se convierte en una terrible pesadilla para una joven pareja cuando descubren que se han convertido en el blanco constante de las agresiones de su vecino.
Este severo padre soltero, un resentido oficial del Departamento de Policía de Los Ángeles, se autonombra vigilante del vecindario y realiza patrullas nocturnas a pie y vigila exageradamente a quienes lo rodean. Si bien para algunos vecinos esto lo hace sentirse seguros, la misma situación es cada vez más atemorizante para los recién casados.
Mientras que Samuel L. Jackson realmente mete miedo como el policía autoritario de turno, Kerry Washington es muy artificial en su composición, mostrando un gran desnivel en los roles principales. Cuando en el argumento queda en claro que los nuevos vecinos no darán el brazo a torcer tan fácilmente y presentarán batalla utilizando las mismas armas que su contrincante, la película gana en emoción, lo que se potencia cuando se decide por su perfil más policial y de suspenso, especialmente en los últimos 45 minutos de metraje.
Nuestra opinión: n n n n n
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