A Mercedes Funes la vuelta a la tele la encontró renovada. En todo sentido. Desde aquella dramática Norita que compuso en Padre Coraje -el último trabajo en el que se la había visto por la pantalla chica- hasta la alocada Leidi, la mucama que interpreta en Bella y Bestia (Telefé, a las 21.30), mucha agua pasó por debajo del puente. Y ella la supo capitalizar. Corajuda, el año pasado, en medio de su dolorosa separación de Nicolás Vázquez (con quien se había casado después de siete años de relación) le puso el cuerpo a la comedia. Y su decisión fue más que acertada.
¿De dónde sacaste a tu personaje?
Siempre parte de la imaginación, pero yo soy muy observadora. Para Leidi tengo de referente a Miriam, que trabajó muchos años en casa y somos amigas. Ella habla como Leidi y tiene esa sensibilidad distinta, simple. Lo que yo quise destacar es el orgullo. En este país muchos de los trabajos silenciosos e invisibles, pero absolutamente necesarios, están en manos de gente de Paraguay. Por Miriam siento una admiración muy grande. Mirá: en un momento difícil que yo estaba pasando, ella se sacó los guantes, me vino a abrazar y se puso a llorar conmigo. Desde ese lugar mi Leidi se planta.
¿Cómo te llegó la propuesta?
Como todo en la vida, de manera inesperada. Estaba haciendo Flores de acero en gira y me llamó Cris Morena para una prueba de cámara. El personaje es raro: soy una mucama paraguaya con imagen de chica Paparazzi, millonaria, simple y divertida. Desde la imagen yo mucho no puedo aportar, pero sí desde lo actoral. El personaje empezó a crecer desde el primer momento. Y yo estoy todo el tiempo de la mano de Romina (Yan). A mí me dan unos permisos increíbles.
¿Por ejemplo?
Decir algo distinto, ponerme un bonete... Los personajes de segunda línea somos los que venimos a alivianar a los protagonistas, dependemos del espacio que se nos dan. Romina fue la primera que me dio luz verde, motivándome para que me ponga un escote o mueva el culo de tal manera. Con Norita, mi personaje de Padre Coraje (Canal 13), tuve la misma suerte. Facu (Arana), Nancy (Dupláa) y el equipo me insitaban a jugar. Eso se puede dar en un contexto ideal, con directores que te cuidan, como Pivotto en su momento, o ahora Mariani.
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