28 de febrero de 2008

Amor y Tesoro

Finn es un buscador de tesoros moderno y simpático, de esos típicos de las películas que mezclan acción, aventuras y comedia (?), obsesionado con encontrar la legendaria dote de una reina del Siglo XVIII: cuarenta cofres repletos de riquezas invaluables, un tesoro perdido en el mar en 1715. Su imparable entusiasmo por la búsqueda destruyó todo lo que lo rodeaba, incluido el matrimonio con Tess. Ahora ella trata de rehacer su vida trabajando a bordo del lujosísimo yate del multimillonario Nigel Honeycutt.

Mientras tanto, Finn descubre una pista crucial para encontrar el tesoro. Ante el desconcierto de Tess, y utilizando todo su encanto personal (entiéndase abdominales hipermarcados y bronceado de meses bajo el sol caribeño) con Gemma, la hija de Nigel, Finn logra embarcarse en el yate. Todos lo ayudarán a encontrar el tesoro español, nadie podrá resistirse a semejante aventura. Sin embargo, ellos no son los únicos tras la fortuna. Moe, otrora mentor de Finn, y un peligroso gángster rapero conocido como Big Bunny, quieren el oro antes de que este se pierda definitivamente. Así empieza la carrera por encontrar los históricos cofres…


La primera secuencia del film auguraba una afable historia en donde veríamos a una hermosa mujer en bikini (Kate Hudson), la platea femenina se regodearía con Matthew McConaughey y el cine sería, una vez más, un espectáculo de esparcimiento… nada más alejado de la realidad. Si tenemos en cuenta que la aventura transcurre en la última media hora del film, para la cual primero hubo que sufrir de noventa interminables minutos; si la comedia brilló por su ausencia y la acción no se traduce en más que una persecución en moto bosque adentro, podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que este intento de reedición de la dupla de Cómo perder a un hombre en diez días dejó un sabor mucho más que a poco.

Nuestra opinión: n n n n n

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