Una mujer maneja por la ruta y en una distracción atropella algo. Los días siguientes a este incidente, ella no reconoce los sentimientos que la nena las cosas y personas, vive como perdida en su propio mundo, sin acordarse mucho ni quien es, ni de que trabaja, ni quienes son las personas que la rodean.
Una noche, le dice a su marido que ha matado a alguien en la ruta, pero cuando la recorren sólo encuentran un perro muerto, y la policía les confirma que no hay información de ningún accidente. Todo vuelve a la calma y el mal momento parece superado hasta que aparece la noticia de un cuerpo hallado bajo el canal, lo que nuevamente vuelve a preocupar a esta mujer.
María Onetto, protagonista del film –y excelente actriz- parece tan perdida como su personaje de Leticia en la novela Montecristo. Los diálogos son escasos, ridículos y faltos de sentido para una historia que pretende ser “inteligente”, pero en la cual el interés del espectador se diluye a medida que avanzan los interminables noventa minutos de proyección. Un traspié de la directora Lucrecia Martel, responsable de obras como “La ciénaga” y “La niña santa”.
Nuestra opinión: n n n n n
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