27 de agosto de 2008

El país de las antinomias

De un lado están el pueblo, los trabajadores, los sufrientes luchadores por los derechos humanos, los cabecitas negras, los descamisados, los piqueteros, los perseguidos, los que todos los días construyen el porvenir con sacrificio. Del otro, la oligarquía, la antipatria, la sinarquía, los rentistas, los explotadores, los cipayos, los blanquitos, los de las cuatro por cuatro, los caceroleros de Barrio Norte, el Jockey Club, los sojeros, los golpistas de todas las épocas, los gorilas. Son dos países. El combate es a base de odio. Y uno tiene que derrotar al otro.
¿Siempre vuelve la historia? ¿Pueden entonces volver los peores años, los mayores enconos, las luchas fratricidas? ¿O es, acaso, que nunca terminaron de resolverse? ¿El futuro consiste en recauchutar décadas en desuso? Pregunta del millón: ¿otra vez la Argentina partida en dos?



Este libro pretende hurgar allí, en la restauración de viejas antinomias. En sus razones y en sus sinrazones. En sus riesgos.
Prevengo al lector angustiado, si lo hubiera, que no hallará en las páginas que siguen el prospecto de un remedio infalible para evitar la reiteración de comportamientos históricos dañinos. Tampoco este libro ofrece un pasaje sin devolución hasta el Apocalipsis. Se trata de un repaso analítico de la historia antinómica, que en la Argentina es vasta. De una exploración sobre los vínculos entre el pasado y el presente. Un intento por averiguar si en materia política el país avanza o retrocede.

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