29 de agosto de 2008

El Invitado

Cincuenta años de edad y desempleado hace tres… Los cheques de la ayuda social ya se están terminando… Gerard realmente se entusiasma cuando repentinamente le ofrecen un trabajo en Indonesia. Dispuesto a causarle una buena impresión a su nuevo jefe, Gerard lo invita a cenar. ¡Gran error!
Entrada en pánico y preocupada por no estar a la altura de las circunstancias, su mujer Colette le pide ayuda a su vecino Alexandre, un gurú del marketing y las relaciones públicas, que se propone darle una renovación total a la vida de la pareja en sólo 24 horas: su departamento, su estilo de vida, sus gustos, sus conocimientos generales, su sentido de la moda, el menú de la cena…
Después de varios contratiempos, desencuentros y con los nervios destrozados,
Gerard y Colette abren la puerta para recibir a su invitado.

Basada en la obra teatral homónima y producida por quienes realizaron “El Placard”, el desafío al que se entregaron los creadores al momento de encarar la película consistió en involucrarse en un tema difícil y delicado como es la falta de empleo, aventurándose a tratarlo con humor y mensaje optimista.
Inmersos como estamos en un sistema salvaje, que se manifiesta de esa forma en los brutales métodos de selección de empleo, la película finalmente nos habla de la importancia de creer en uno mismo, de la capacidad de hacer, de transformarse y transformar la realidad que nos rodea, con el soporte incondicional de los afectos reales para sobrellevar los amargos fracasos y superar las dificultades que se presentan.

Si bien sabemos que el pasado no puede cambiarse, la película quiere mostrarnos que el futuro está ante nosotros, más allá de todos los reveses que se presenten en el camino. En definitiva, parece decirnos el film, el cumplir con nuestros sueños depende de nosotros, de no ceder en la voluntad de seguir adelante, con iniciativa, actitud y confianza en las propias posibilidades.

Nuestra opinión: n n n n n

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