Esta quinta película de Quentin Tarantino, la segunda parte del proyecto Grindhouse del que ya vimos Planet Terror, es un tributo a algunas películas clásicas de persecución y de psicópatas en busca de carne fresca. Si bien el mismo director considera que este film es un slasher, incorpora otras influencias: “Los géneros están tan mezclados que se intercambian casi sin saber cómo en algún punto del metraje. Realmente hemos pasado de un estilo a otro”. Esta producción es verdaderamente diferente, pero en un sentido negativo. Un pequeño traspié en una breve pero excelente filmografía.
Nuestra opinión: n n n n n
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