En 1959, y como parte de un proyecto escolar, se le pide a un grupo de alumnos que dibujen como creen ellos que será el futuro. Los mismos, serán depositados en una cápsula del tiempo y archivados en los cimientos de la escuela durante cincuenta años. Lucinda llena su hoja con extrañas series de números, en apariencia aleatorios. Medio siglo después, una nueva generación de estudiantes examina los contenidos de la cápsula, incluyendo el mensaje numérico que termina en manos de Caleb Koestler. Sin embargo será su padre John (Nicolas Cage), un profesor de astrofísica, quien hará un descubrimiento: el mensaje en código predice las fechas, coordenadas y hasta el numero de muertos de todos los grandes desastres naturales de las últimas cinco décadas.
A medida que decodifica la serie, John se da cuenta que aún faltan tres sucesos más por acontecer, y que la última tiene grandes efectos a escala global. Sus temores se intensifican cuando advierte que su hijo está de algún modo conectado con el misterio. Con la ayuda de la hija y nieta de Lucinda, tratarán de resolver la última crisis a la que se enfrentará el planeta. ¿Es posible que una niña en 1959 haya previsto las desgracias de toda la humanidad en el futuro? ¿El fin del mundo estará escrito? ¿Podremos hacer algo para detenerlo?
El director Alex Proyas (Yo, Robot) supo aportar la dosis necesaria de tensión a la historia, apoyado en la partitura del reconocido compositor Marco Beltrami. Por desgracia, la premisa se distorsiona con el correr de los fotogramas, confirmando que su “originalidad” no estaba destinada a cubrir 120 minutos de celuloide. Ni siquiera el excelente uso de los efectos visuales puede rescatar a esta cinta de ciencia ficción apocalíptica del barranco al que se precipita.
Nuestra opinión: n n n n n
A medida que decodifica la serie, John se da cuenta que aún faltan tres sucesos más por acontecer, y que la última tiene grandes efectos a escala global. Sus temores se intensifican cuando advierte que su hijo está de algún modo conectado con el misterio. Con la ayuda de la hija y nieta de Lucinda, tratarán de resolver la última crisis a la que se enfrentará el planeta. ¿Es posible que una niña en 1959 haya previsto las desgracias de toda la humanidad en el futuro? ¿El fin del mundo estará escrito? ¿Podremos hacer algo para detenerlo?
El director Alex Proyas (Yo, Robot) supo aportar la dosis necesaria de tensión a la historia, apoyado en la partitura del reconocido compositor Marco Beltrami. Por desgracia, la premisa se distorsiona con el correr de los fotogramas, confirmando que su “originalidad” no estaba destinada a cubrir 120 minutos de celuloide. Ni siquiera el excelente uso de los efectos visuales puede rescatar a esta cinta de ciencia ficción apocalíptica del barranco al que se precipita.
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