8 de enero de 2009

Ásterix en los Juegos Olímpicos

En el pequeño pueblo de los irreductibles galos no sólo se persigue a los romanos y los jabalíes, también se persigue el amor... De hecho, Lunátix, joven guerrero intrépido y romántico, está enamorado de la sublime princesa griega Irina. No retrocediendo ante ninguna locura, Lunátix ha osado desafiar a Bruto, que también compite por el favor de la princesa. De esta forma los dos se enfrentarán en los Juegos Olímpicos por la mano de la bella Irina. Astérix, Obélix (nuevamente a cargo de Gérard Depardieu) y Lunátix, cargados de la famosa poción mágica de Panorámix, irán pasando todas las pruebas para dar una buena lección al César (el regreso al cine de Alain Delon).

Tras la ya clásica introducción de “Toda la Galia se encuentra ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor”, esta superproducción francesa conserva el espíritu de las novelas gráficas creadas por Goscinny y Uderzo.
Estamos en el año 50 antes de Jesucristo, por lo que la reconstrucción del Imperio Romano es cuidadosa e impecable, pero esta secuela (tercera entrega de la serie con actores) es la más infantil de todas, incluso teniendo en cuenta las versiones animadas. Sólo para niños o fanáticos acérrimos del pequeño galo.

Nuestra opinión: n n n n n

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