Convertidos en prófugos tras ayudar a Dom en su escape de la cárcel, Brian y Mía se encuentran escondidos en río de Janeiro con la intención de comenzar una nueva vida con la ayuda de Vince. Pero la tentación es grande y la posibilidad de un nuevo trabajo robando autos de lujo es demasiado jugosa como para dejarla pasar. Mientras conforman un nuevo equipo de expertos y aguardan la llegada de Dom, Luke Hobbs -un implacable agente federal- es enviado a Brasil para capturar de una vez y para siempre a este dúo delictivo. A medida que la cacería avance, Hobbs se verá forzado a replantearse su fidelidad y decidir el futuro de Brian, Dom y Mía.
La fiebre por la ciudad carioca parece estar recién comenzando: no sólo el filme animado “Río” lidera la taquilla nacional desde hace un mes, sino que una decena de propuestas que llegarán a los cines de aquí a dos años están siendo rodadas en esa urbe brasileña. En el caso de la quinta –y seguro, no última- entrega de la franquicia “Rápido y Furioso” todo comienza con una introducción de alto impacto, marca registrada de todas las películas de la serie. Con Paul Walker, Vin Diesel y la incorporación de Dwayne Jonson al reparto principal, la saga vuelve a demostrar que tienen un mecanismo tan probado, aceptado y aceitado que sus responsables saben cuándo es el momento ideal para introducir nuevos personajes, hacernos saltar de la butaca con impresionantes e improbables persecuciones y dejarnos con la contradictoria sensación de querer ver un poco más de estos fantásticos autos. Una curiosidad: no se vaya no bien termina la película, ya que una escena adicional presenta la posible continuación de la historia.
Nuestra opinión: Buena
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