Hubo risas, llantos y un permanente agradecimiento a los espectadores que la convirtieron en la mujer más influyente de los Estados Unidos, y en una de las más ricas. Oprah Winfrey se despidió anteanoche del histórico talk-show que tiene su nombre y que lleva 25 años en la pantalla de la cadena televisiva ABC. La vieron 40 millones de espectadores en su país, y fue transmitido a otros 150. A partir de ahora la presentadora se dedicará de lleno a su propio canal de cable, OWN, donde sólo estará ante cámaras para programas especiales.
Sin el desfile de estrellas que se esperaba, Oprah llevó adelante sola la última emisión de The Oprah Winfrey Show, programa por el que pasaron todos los presidentes, desde George Bush hasta Obama, y al que los famosos eligieron para hacer públicos sus secretos, desde la enfermedad cutánea de Michael Jackson hasta la homosexualidad de Ellen DeGeneres. Anteanoche, Oprah prefirió un monólogo interrumpido solamente por clips de viejos programas y por la publicidad que -según afirman los medios- costó la friolera de un millón de dólares por medio minuto.
La mujer que empezó su carrera a los 19 años como movilera en una radio de Nashville, no paró de agradecer la fidelidad del público. “Ustedes y mi show han sido el amor de mi vida”, dijo, con un nudo en la garganta. A los 57 años, Winfrey lleva adelante también su propia productora, su revista, su web, y escribió varios libros, además de sus fundaciones para la ayuda social. “Aquí escuché y crecí, algunas veces fui una maestra y otras ustedes me enseñaron a mí. Siempre quise ser maestra, y ésta es la mayor aula del mundo”, señaló Oprah. “Cada día que estuve aquí sabía que éste era exactamente el lugar donde debía estar”, se despidió.
Fuente: Clarín.com
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