Dos gemelos idénticos se convirtieron en dos adultos por completo diferentes. Uno, profesor de filosofía con honores y constantes propuestas laborales; el otro, un traficante de drogas al que varios cárteles desean ver muerto. Billy es engañado por su hermano narcotraficante y logra que este vuelva al pueblo que los vio nacer sólo para dejarlo inmerso en un conflicto de estupefacientes, delitos antisemitas y enfrentamientos armados.
Edward Norton es un actor increíble que profundiza en las motivaciones y en el background de cada uno de sus personajes para entregarnos una y otra vez criaturas complejas, llenas de matices y absolutamente creíbles. Un neo nazi encarcelado, un sudoroso detective entrevistándose con un antropófago, un perturbado hombre verde y el par de antagónicos gemelos de “Hermanos de sangre” son sólo una muestra de la amplia galería que Norton tiene en su “prontuario artístico”. Este duelo consigo mismo requiere de un profundo trabajo de método interpretativo para poder desdoblar la mente de actor y dotar a cada uno de los dos hermanos de detalles y cualidades únicas que los distingan y dejen en claro los motivos por los que tomaron caminos tan distintos en la vida.
Las apariciones de Keri Russell, aunque breves, logran aportar la luminosidad necesaria para que su personaje sea un especie de oasis en esta vuelta al pasado que emprende Billy.
Nuestra opinión: Buena
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