Un retiro empresarial será la victima de la Muerte en esta oportunidad. Un grupo de empleados de una empresa papelera (que alberga disímiles rubros dentro de una misma planta) se encuentra a bordo de un micro cuando uno de ellos tiene una visión escalofriante: el puente en reparación por el que se encuentran atravesando se desmoronará y todos ellos morirán dolorosamente. Advertido por este sueño y en medio de la confusión, ayuda a escapar a su novia y sus amigos justo a tiempo para presenciar lo inevitable: toda la estructura colapsa provocando una catástrofe. Después de once años de entregas de “Destino Final” ya sabemos que a la muerte no le gusta ser engañada y volverá a cobrarse a cada una de sus víctimas, en el orden en que deberían haber perecido... pero de maneras aún más sádicas.
Poco importa la coherencia del relato, si es que aunque sea intentaron otorgarle algo de consistencia a los personajes o correlatividad a la historia: el plato fuerte son las muertes viscerales, aquellas que salpican a la platea en omnipresente 3D. Los noventa minutos transcurren por los carriles habituales, pero sin dudas esta quinta parte de la saga nacida en el año 2000 es la más sangrienta creada hasta el momento. Que la compañía donde todos los conejillos de indias desarrollan sus actividades se llame Presage es una nota al pie, una ironía de trazo grueso, pero el guionista se reservó un as bajo la manga, un regalo que todos los fanáticos de la serie descubrirán en el desenlace: el resurgimiento y la piedra fundacional de una nueva seguidilla de tortuosas historias.
Nuestra opinión: Buena
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