Desde la década del setenta existe una escala de medición para los encuentros entre humanos y extraterrestres: avistaje de un OVNI (primer tipo), evidencia comprobable de existencia extraterrestre (segundo tipo), contacto con seres desconocidos (tercer tipo) y la abducción (cuarto tipo). Éste último es el más difícil de documentar.
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Ya desde los años sesenta, una gran número de habitantes de Alaska ha sido reportado como desaparecido. Allí, la psicóloga Abigail Tyler comenzó a grabar en vídeo las sesiones con los pacientes supuestamente secuestrados por aliens y sin saberlo descubrió algunas de las evidencias más inquietantes jamás documentadas en relación a la abducción alienígena.
Narrativamente hablando, no tiene ningún sentido mostrar en paralelo las imágenes reales y las dramatizaciones. Esta necesidad de revalidar todo el tiempo la veracidad de los hechos en los que se basa la película hace que los documentos originales pierdan impacto y que los fragmentos actuados carezcan de valor.
Nuestra opinión:
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