18 de febrero de 2010

Percy Jackson y el ladrón del rayo

En pleno siglo XIX, los dioses del Monte Olimpo están a punto de iniciar una guerra de proporciones apocalípticas a menos que el poderoso rayo de Zeus sea recuperado. Percy Jackson, un joven propenso a meterse en problemas, se enterará de la forma más inesperada que su verdadero padre es Poseidón, dios del mar, lo que significa que él es un semidiós. Al mismo tiempo, el rey de todos los dioses está seguro que Percy, su propio sobrino, es el ladrón del arma de destrucción masiva por excelencia.
Percy será llevado hasta el Campamento Media Sangre, donde será entrenado para aprovechar sus recién descubiertos poderes, de tal forma que pueda prevenir el inminente enfrentamiento. Allí conocerá a Annabeth, quien está en búsqueda de su madre Atenea, y Grover su amigo de la infancia quien en realidad es su inexperimentado protector. Al final del viaje yace el destino del mundo.

Un nuevo héroe juvenil ha llegado. Los grandes estudios continúan su búsqueda desesperada por hallar al sucesor de Harry Potter, fenómeno tal vez sólo comparable con la fiebre adolescente que genera la saga Crepúsculo. En esta oportunidad el mundo del semidios (aunque el lo desconoce, claro está) Percy cambia magos y varitas por todo un vasto universo de mitología grecorromana. Así las cosas, los espectadores se toparán con la lucha por el dominio del Olimpo, minotauros desbocados, la embriagante mirada de Medusa, los ardores del inframundo (ubicado paradójicamente bajo una especial ciudad norteamericana) y centauros encargados de equilibrar las fuerzas del bien y del mal.

Con copias únicamente dobladas al español, el ejército de estrellas (Pierce Brosnan, Uma Thurman, Sean Bean, Rosario Dawson y el director Chris Columbus) termina por apuntalar una muy entretenida propuesta rebosante de destacados efectos visuales y que promete extenderse en sendas continuaciones.

Nuestra opinión: n n n n n

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