Terminator: la salvación

Estamos en el año 2018 y el día del Juicio Final ha pasado dejado en el proceso a la civilización moderna en ruinas. Una armada de Terminators deambula por el paisaje post-apocalíptico, matando o recolectando a los humanos que se esconden en los desiertos y en los recovecos de las desoladas ciudades. Sin embargo, algunos grupos de sobrevivientes han formado la Resistencia, ocultándose en bunkers subterráneos y tomando por asalto a la fuerza enemiga.
Sólo un hombre sabía que el Juicio Final estaba cerca. Un hombre, cuyo destino personal ha estado siempre ligado con el destino general de la humanidad: John Connor (Christian Bale). Ahora el mundo se encuentra en el umbral de un futuro que Connor nos venía anunciando desde siempre. Pero algo nuevo ha cimbrado la fe que este hombre tenía en la posible victoria de la humanidad: la aparición de Marcus Wright (Sam Worthington), un extraño proveniente del pasado cuyo último recuerdo no es otra cosa que haber sido condenado a muerte antes de despertar en este nuevo y extraño mundo.

Acreedora de asombrosos efectos visuales, muchos de ellos nunca antes utilizados de esta forma, la cuarta entrega de la saga comenzada hace veinticinco años consagra al director McG como un brillante realizador de films de acción. Lo mejor de su género en los últimos años.


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