29 de abril de 2010

Todas las vidas, mi vida

El director teatral Caden Cotard está por estrenar una nueva obra. Su esposa Adele (Catherine Keener), lo abandonó para continuar su carrera artística en Berlín, llevándose con ella a su hija pequeña quien quedará al cuidado de María (Jennifer Jason Leigh). Su terapeuta, está dedicada a promocionar su nuevo libro en vez de actuar como su psicóloga. Su relación con su secretaria Hazel (Samantha Morton) está comenzando a tornarse algo peligrosa lo que está llevando a la ruina su nuevo matrimonio con Claire (Michelle Williams). Su misteriosa enfermedad va afectando las funciones de su cuerpo una a una…
Ante este panorama, decide dejar su hogar y mudarse a New York, esperando poder formar un elenco que le permita dirigir la obra más honesta y trascendental de su carrera. Pero los conflictos entre Sammy (Tom Noonan) y Tammy (Emily Watson), los actores elegidos para su obra, le empiezan a traer dificultades en su vida personal fuera del teatro, hasta que la célebre actriz Millicent Weems (Dianne Wiest) trae las soluciones que Caden tanto necesita.

El debut del guionista Charlie Kaufmann como director está plagado de elementos autoreferenciales, pero en esa búsqueda de la excentricidad que tanto lo caracteriza, esta vez decidió volcarse como nunca a lo escatológico, algo prescindible para la esencia del relato. La cuidada composición de Philip Seymour Hoffman nos hace pensar si esta falta de percepción del tiempo y la personalidad tan voluble que sufre Caden se deben al accidente ocurrido en su baño o si siempre ocultó esa faceta. Hope Davis, otro de los puntos a destacar, encarna a una psicóloga que parece salida del perturbado universo de la familia protagonista de Six Feet Under.

Nuestra opinión: n n n n n

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