Amante a domicilio

Nikki (Ashton Kutcher) es un gigoló de alto nivel que vive a lo grande en Hollywood Hills ya que posee la mejor carta de presentación: su atractivo sexual. Él sólo organiza fiestas y se relaciona con las mujeres más ricas de la ciudad disfrutando de los privilegios de ser un mantenido, como por ejemplo compartiendo la casa con Samantha (Anne Heche) una exitosa abogada soltera de cuarenta años.
La maravillosa rutina de Nikki funciona a la perfección hasta que conoce a Heather (Margarita Levieva), una atractiva camarera que logra seducirlo. Fascinada por lo que ve ella comienza a visitarlo porque, sin que él lo sepa, Heather juega su mismo juego. Cuando la verdad sale a la luz, ambos comienzan a competir en una suerte de reto para ver quien cena en los restaurantes más lujosos o forma parte de las fiestas más espectaculares. Luego deberán tomar una decisión: elegir entre una vida vacía pero repleta de placeres y comodidades, u optar por el amor y la inestabilidad económica.

Criticando a los esperanzados modelos con pocas neuronas que llegan a Los Ángeles con aires de triunfo y escaso talento, Kutcher se despojó de todos sus tics adolescentes para componer un personaje que viarios relacionarán con su vida real si él marido de Demi Moore fuera un simple buscavidas. Anne Heche luce su look más juvenil en bastante tiempo, incluso parece más joven que en “Seis días, siete noches”, rodada hace doce años.

Cuando “Amante a domicilio” se vuelca hacia la comedia romántica clásica (momento que coincide con la desaparición del personaje de Heche de la historia), el film pierde toda frescura entregando solamente situaciones repetitivas y tradicionales.

Nuestra opinión: n n n n n