Nadie disfruta de las fiestas navideñas más que Brad (Vince Vaughn) y Kate (Reese Witherspoon). Felices sin estar casados ni con planes para tener hijos en el futuro cercano, ambos se complementan, piensan igual y son felices con sus vidas en la gran ciudad, lejos de sus respectivas familias. Cada 25 de diciembre, se van de vacaciones a algún lugar soleado y exótico.
Tampoco cuando sus amigos les preguntan si se sienten culpables por mentirles a sus padres en época navideña ellos atisban remordimiento alguno… pero todo está a punto de cambiar. Brad y Kate quedan atrapados en el aeropuerto de San Francisco debido a un banco de niebla que impide que los aviones despeguen. Peor aún, el canal local los filma y así todo el mundo se entera de dónde están en realidad. Sin escape ni excusas, ahora los esperan para celebrar las fiestas en la casa del padre de Brad, y en la casa de la madre de Kate, y en la casa de la madre de Brad, y en la casa del padre de Kate… Cuatro Navidades en un mismo día.
Ni Witherspoon ni Vaugh se extralimitan de los estándares clásicos de la comedia de enredos (tal vez la verborragia de él es demasiado para la hora y media de metraje), pero tampoco aportan nada nuevo a la fórmula conocida. Si bien parten de una premisa medianamente original, el desarrollo de “Navidad sin los suegros” es previsiblemente agradable.
Nuestra opinión: n n n n n
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