George Dryer era uno de los mejores jugadores de fútbol del mundo allá lejos y hace tiempo, en 1996. Sus mayores logros y sus mejores partidos son compilados al inicio de la película, que retoma su historia a los 36 años, ya retirado, endeudado y con serios problemas para mantener el estilo de vida al que estaba acostumbrado. Esto se suma a los inconvenientes con su ex-mujer, sus intentos por continuar siendo un padre presente para su hijo y las ofertas laborales que escasean. Es tras una de esas discusiones con su otrora esposa que decide hacerse cargo del equipo de fútbol infantil de su hijo y transmitir a los chicos el amor que él continúa sintiendo por el deporte que le brindó una carrera.
De allí en más, la película entra en un declive absoluto en donde Gerard Butler se trasforma en el objeto sexual de deseo de cuanta madre insatisfecha lleva a su hijo a las prácticas deportivas. Incongruencias y ridiculeces varias, situaciones imposibles propias de un cine carente de ingenio. La frivolidad es la cualidad predominante en este grupo de padres (olvidables trabajos de Catherine Zeta-Jones, Uma Thurman, Dennis Quaid) que parecen más fanáticos y preocupados por el equipo infantil que sus propios hijos.
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29 de abril de 2013
10 de abril de 2013
Bienvenido a los 40
This is 40 decepciona en más de un aspecto, por eso es mejor recuperarse del mal trago repasando alguna de las primeras películas de Judd Apatow.
En este cuarto film del director de “Virgen a los 40” asistimos a una secuela indirecta de la exitosa “Ligeramente embarazada”, pero aquí todo es tan tonto y poco convincente que los personajes parecen una parodia de si mismos. No son atractivos, empáticos o con posibilidades de ser plausibles en el mundo real. Que los realizadores se tomen 137 minutos para tanta vacuidad potencia aún más las flaquezas de este deslucido guión.
Luego de años de matrimonio, Pete (un desaprovechado y apagado Paul Rudd) y su mujer Debbie (Leslie Mann) intentan mantener la normalidad de una familia que cambia, con hijas que crecen y están a un paso de la adolescencia. El mundo laboral también está complicado y es un desafío mantener a flote el sello discográfico que genera la mayor porción de ingresos al hogar. Un nuevo embarazo, inesperado, complica aún más la tirante relación de esta pareja que está a un paso de arribar a las cuatro décadas.
Judd Apatow cometió el grave error en el que caen aquellos que creen tener su lugar asegurado dentro de la industria: incluir a toda su familia en el reparto, dándoles un lugar más importante del que muchos de ellos merecen. Sus hijas, con escaso talento para la comedia, se suman a su esposa, Leslie Mann, una buena co-protagonista siempre y cuando comparta escenas con un verdadero humorista. Cuando todo el peso de la comicidad, y de los innecesarios reveses dramáticos, recae sobre ella, tenemos algunos de los momentos más flojos de toda la película.
Nuestra opinión: Regular
En este cuarto film del director de “Virgen a los 40” asistimos a una secuela indirecta de la exitosa “Ligeramente embarazada”, pero aquí todo es tan tonto y poco convincente que los personajes parecen una parodia de si mismos. No son atractivos, empáticos o con posibilidades de ser plausibles en el mundo real. Que los realizadores se tomen 137 minutos para tanta vacuidad potencia aún más las flaquezas de este deslucido guión.
Luego de años de matrimonio, Pete (un desaprovechado y apagado Paul Rudd) y su mujer Debbie (Leslie Mann) intentan mantener la normalidad de una familia que cambia, con hijas que crecen y están a un paso de la adolescencia. El mundo laboral también está complicado y es un desafío mantener a flote el sello discográfico que genera la mayor porción de ingresos al hogar. Un nuevo embarazo, inesperado, complica aún más la tirante relación de esta pareja que está a un paso de arribar a las cuatro décadas.
Judd Apatow cometió el grave error en el que caen aquellos que creen tener su lugar asegurado dentro de la industria: incluir a toda su familia en el reparto, dándoles un lugar más importante del que muchos de ellos merecen. Sus hijas, con escaso talento para la comedia, se suman a su esposa, Leslie Mann, una buena co-protagonista siempre y cuando comparta escenas con un verdadero humorista. Cuando todo el peso de la comicidad, y de los innecesarios reveses dramáticos, recae sobre ella, tenemos algunos de los momentos más flojos de toda la película.
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Contrarreloj
Nicolas Cage en su regreso a Nueva Orleans (en este caso pasó del lado de los uniformados al de los delincuentes con buen corazón) volvió a unirse a su director de Con Air, Simon West, para contarnos esta carrera contrarreloj –nada original el título en español- que un ex convicto debe correr en pos de salvar la vida de su hija.
Will Montgomery (Cage con nuevo look capilar, y van…) es un experto ladrón que, tras cumplir la condena de ocho años en prisión por un golpe millonario que salió mal, es puesto en libertad. Tratará, por supuesto, de recuperar el amor de su hija Allison pero la joven será secuestrada por uno de sus otrora compinches, Vincent (Josh Lucas), quien exige su parte en los diez millones de dólares del fallido robo. Ayudado por Riley (Malin Akerman), otra de sus ex compañeras de delitos, Will tiene menos de diez horas para rescatar a su primogénita de las garras de un desquiciado delincuente.
La carrera de Cage ha conocido épocas mejores, es cierto, pero aquí su trabajo no es lo peor de todo. Josh Lucas compone a una caricatura de lo que debiera ser un cómplice rencoroso, llevado a tal extremo que hasta parece una ridiculización del género. Poco es lo que puede aportar la música compuesta por Mark Isham, la cual desentona con el espíritu del film y atrasa veinte años en su concepto. La banda de sonido se asemeja a la de algún programa detectivesco de TV de la década del ochenta. Es un presuntuoso trabajo que funcionaría en una parodia clase B, pero no en una película que intenta tomarse en serio.
Asimismo, el guión no rebalsa de nuevos lugares. Hace creer que robar un banco y desvalijar su caja fuerte es de las tareas cotidianas más sencillas de realizar por cualquiera de nosotros. Además, está muy poco logrado el vínculo entre Will y su hija, una interpretación flojísima a cargo de Sami Gayle.
Nuestra opinión: Regular
Will Montgomery (Cage con nuevo look capilar, y van…) es un experto ladrón que, tras cumplir la condena de ocho años en prisión por un golpe millonario que salió mal, es puesto en libertad. Tratará, por supuesto, de recuperar el amor de su hija Allison pero la joven será secuestrada por uno de sus otrora compinches, Vincent (Josh Lucas), quien exige su parte en los diez millones de dólares del fallido robo. Ayudado por Riley (Malin Akerman), otra de sus ex compañeras de delitos, Will tiene menos de diez horas para rescatar a su primogénita de las garras de un desquiciado delincuente.
La carrera de Cage ha conocido épocas mejores, es cierto, pero aquí su trabajo no es lo peor de todo. Josh Lucas compone a una caricatura de lo que debiera ser un cómplice rencoroso, llevado a tal extremo que hasta parece una ridiculización del género. Poco es lo que puede aportar la música compuesta por Mark Isham, la cual desentona con el espíritu del film y atrasa veinte años en su concepto. La banda de sonido se asemeja a la de algún programa detectivesco de TV de la década del ochenta. Es un presuntuoso trabajo que funcionaría en una parodia clase B, pero no en una película que intenta tomarse en serio.
Asimismo, el guión no rebalsa de nuevos lugares. Hace creer que robar un banco y desvalijar su caja fuerte es de las tareas cotidianas más sencillas de realizar por cualquiera de nosotros. Además, está muy poco logrado el vínculo entre Will y su hija, una interpretación flojísima a cargo de Sami Gayle.
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31 de marzo de 2013
GI Joe: El Contraataque
Semanas atrás dábamos cuenta, a propósito de la segunda parte de Silent Hill, de la innecesaria creación de secuelas en la industria del cine contemporáneo. En este caso en particular, el de las figuras de acción creadas por la compañía juguetera Hasbro, no requería demasiado esfuerzo superar una patética primera transposición de los juguetes a la pantalla grande. Puntualmente, GI Joe: El Contraataque es más bien un relanzamiento de la franquicia que una mera continuación de aquel desastroso debut.
Borrón y cuenta nueva (que incluye eliminación completa de elenco, con excepción de una breve participación de Channing Tatum) ahora el malísimo villano Cobra está de regreso con la complicidad del gobierno norteamericano, que ha decidido eliminar a la fuerza especial conformada por los Joes. Los únicos sobrevivientes de la matanza, con el fornido Dwayne "The Rock" Johnson a la cabeza, deciden solicitar ayuda al Joe original (Bruce Willis) para salvar al mundo de una guerra nuclear.
Si buscan acción, explosiones, edición vertiginosa, personajes de manual básico de escritura de guión, actores con escaso talento interpretativo, esta será la opción perfecta en este finde súper, mega, extra largo. Para ser justos, la secuencia del enfrentamiento de los ninjas en la ladera de la montaña es de las mejores escenas de lucha coreografiada en lo que va del año.
Nuestra opinión: Regular
Borrón y cuenta nueva (que incluye eliminación completa de elenco, con excepción de una breve participación de Channing Tatum) ahora el malísimo villano Cobra está de regreso con la complicidad del gobierno norteamericano, que ha decidido eliminar a la fuerza especial conformada por los Joes. Los únicos sobrevivientes de la matanza, con el fornido Dwayne "The Rock" Johnson a la cabeza, deciden solicitar ayuda al Joe original (Bruce Willis) para salvar al mundo de una guerra nuclear.
Si buscan acción, explosiones, edición vertiginosa, personajes de manual básico de escritura de guión, actores con escaso talento interpretativo, esta será la opción perfecta en este finde súper, mega, extra largo. Para ser justos, la secuencia del enfrentamiento de los ninjas en la ladera de la montaña es de las mejores escenas de lucha coreografiada en lo que va del año.
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15 de marzo de 2013
En la mira
Para el cine norteamericano los criminales siempre son latinos, árabes, ex soviéticos o afroamericanos. Todo se reduce a eso: parece que nunca el maleante puede surgir de otros sectores de la sociedad. Con cámara subjetiva y en plan de falso documental, seguiremos a los oficiales Taylor y Zavala (Jake Gyllenhaal y Michael Peña), miembros de la policía angelina encargados de patrullar Newton, una de las divisiones más peligrosas de Los Ángeles.
Sin explicar el porqué de la decisión de grabarse en el día a día laboral, y menos aún por qué los criminales hacen exactamente lo mismo, este larguísimo episodio de “Cops” (el germen de la vernácula Policías en acción) cuenta con el aval los realizadores de “Día de entrenamiento” para demostrar el peligro y el precio que deben pagar los uniformados por enfrentarse a las organizaciones criminales de la ciudad.
“Fuck” debe ser la palabra más repetida y ametrallada en los cien minutos de película y bien podría competirle al uso del término “negro” en el último guión de Quentin Tarantino.
Nuestra opinión: Regular
Sin explicar el porqué de la decisión de grabarse en el día a día laboral, y menos aún por qué los criminales hacen exactamente lo mismo, este larguísimo episodio de “Cops” (el germen de la vernácula Policías en acción) cuenta con el aval los realizadores de “Día de entrenamiento” para demostrar el peligro y el precio que deben pagar los uniformados por enfrentarse a las organizaciones criminales de la ciudad.
“Fuck” debe ser la palabra más repetida y ametrallada en los cien minutos de película y bien podría competirle al uso del término “negro” en el último guión de Quentin Tarantino.
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1 de marzo de 2013
Magic Mike
Si están esperando únicamente desnudos, el primero de ellos tarda menos de dos minutos en hacer su aparición. Luego, aquellos que crean que Magic Mike es sólo eso, se quedarán con las ganas. Con una primera mitad ágil, entretenida y a la legua superior a su segunda parte, esta nueva producción de Steven Soderbergh (Contagio, el binomio del Che Guevara y Traffic) tiene a Channing Tatum en su faceta de stripper, que le sienta mucho mejor que la de actor, aún en etapa de maduración.
Aquí encarna a Mike, un emprendedor con varias facetas: diseñador, techista, desnudista, entre un larguísimo etcétera que no encuentra financiamiento para su nuevo proyecto que sería un ticket de salida para las largas noches quitándose la ropa.
Dallas (Matthew McConaughey), el dueño del local más visitado por las mujeres de Tampa ve en un recién llegado e inexperto adolescente (Alex Pettyfer) al sucesor de su máxima figura. Pero nada será tan sencillo de resolver cuando una innecesaria, poco convincente y gélida historia romántica haga su aparición de la mano de una desastrosa actuación de Cody Horn.
Dispuesto a convertir su filmografía en una cinta transportadora de gran producción, Soderbergh falla una vez más pero ese detalle parece no importarle demasiado.
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Aquí encarna a Mike, un emprendedor con varias facetas: diseñador, techista, desnudista, entre un larguísimo etcétera que no encuentra financiamiento para su nuevo proyecto que sería un ticket de salida para las largas noches quitándose la ropa.
Dallas (Matthew McConaughey), el dueño del local más visitado por las mujeres de Tampa ve en un recién llegado e inexperto adolescente (Alex Pettyfer) al sucesor de su máxima figura. Pero nada será tan sencillo de resolver cuando una innecesaria, poco convincente y gélida historia romántica haga su aparición de la mano de una desastrosa actuación de Cody Horn.
Dispuesto a convertir su filmografía en una cinta transportadora de gran producción, Soderbergh falla una vez más pero ese detalle parece no importarle demasiado.
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13 de febrero de 2013
VHS: Las crónicas del miedo
Al igual que sucede con una antología literaria de diversos autores, los filmes co-dirigidos por varios realizadores suelen ser dispares. Analizando cada uno de los episodios por separado, tenemos propuestas muy buenas, mediocres, regulares, intrascendentes y de escaso valor cinemtaográfico. Ahora, al momento de “promediar” todo lo visto para alcanzar un califación general, el resultado es desalentador.
La historia nexo encargada de amalgamar a las demás presenta a un grupo de vándalos contratados para ingresar a una casa en ruinas y recuperar un VHS. Los muchachos, ajenos a lo que su futuro les deparará, descubren una colección de videos, cada uno con contenido aterrador, en diversas formas. Desde asesinatos gore, fantasmas, tráfico de órganos y vampiros, los VHS irán revalando un mundo terrorífico del que ellos tampoco lograrán escapar.
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La historia nexo encargada de amalgamar a las demás presenta a un grupo de vándalos contratados para ingresar a una casa en ruinas y recuperar un VHS. Los muchachos, ajenos a lo que su futuro les deparará, descubren una colección de videos, cada uno con contenido aterrador, en diversas formas. Desde asesinatos gore, fantasmas, tráfico de órganos y vampiros, los VHS irán revalando un mundo terrorífico del que ellos tampoco lograrán escapar.
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1 de febrero de 2013
DVD: V -Segunda temporada-
Segunda y última temporada para esta remake del clásico de los años ochenta: Invasión Extraterrestre. Tan necesario era para los creadores remontarnos a aquel éxito que esta nueva versión jamás logró alcanzar que decidieron incorporar a la actriz Jane Badler, la Diana de la serie original como madre de Anna, la villana actual. A pesar de todos los esfuerzos, la serie jamás logró repuntar los magros índices de audiencia y fue cancelada, dejando un desenlace con más interrogantes que respuestas. ¿Qué será del futuro de la Quinta Columna y de los grupos de rebeldes? ¿Cómo crecerá la niña hibrido de humano y alienígena? ¿Lograrán Anna y sus súbditos imponerse a los esfuerzos de la humanidad por echarlos de nuestro planeta?
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15 de enero de 2013
Mentiras mortales
La perfección superflua y fingida siempre se paga con un alto costo. Eso lo descubrirá el multimillonario Robert Miller (Richard Gere) quien poco después de cumplir sesenta años y en medio de un bancarrota que intentará cubrir de sus familiares, socios e inversionistas, se ve envuelto en un accidente -resuelto con poca precisión desde lo técnico y visual- en el cual fallece su joven amante. A partir de allí se propondrá ocultar todos los rastros que lo unen a esa trágica noche y a su vez vender su imperio financiero antes de que el fraude y los números manipulados salten a la luz.
La obviedad de la doble vida del protagonista es tan evidente que la esposa engañada (Susan Sarandon) no genera ni la más mínima pena sino todo lo contrario. Su vida es acomodada y decide callar para seguir disfrutando las mieles de la fortuna que amasa su marido. Que la amante del sexagenario en busca de nuevas emociones sea una artista plástica de acento exótico es otro de los clichés que la película decide utilizar.
Gere tiene tan pocos recursos actorales que es admirable que se haya mantenido vigente en la industria del cine durante tantas décadas. Por otro lado, Hollywood está siendo injusto con Sarandon: es una gran actriz que desde hace un par de años no logra encontrar un rol que haga justicia a su talento y trayectoria.
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La obviedad de la doble vida del protagonista es tan evidente que la esposa engañada (Susan Sarandon) no genera ni la más mínima pena sino todo lo contrario. Su vida es acomodada y decide callar para seguir disfrutando las mieles de la fortuna que amasa su marido. Que la amante del sexagenario en busca de nuevas emociones sea una artista plástica de acento exótico es otro de los clichés que la película decide utilizar.
Gere tiene tan pocos recursos actorales que es admirable que se haya mantenido vigente en la industria del cine durante tantas décadas. Por otro lado, Hollywood está siendo injusto con Sarandon: es una gran actriz que desde hace un par de años no logra encontrar un rol que haga justicia a su talento y trayectoria.
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8 de enero de 2013
Tengo ganas de ti
Cuesta creer que Tengo ganas de ti, basada en la novela homónima de Federico Moccia, haya sido un suceso de taquilla en el último verano español, logro que a simple vista no garantiza absolutamente nada. Bien sabemos que éxitos de venta de entradas no siempre equivalen a buen cine. En esta suerte de continuación de “Tres metros sobre el cielo” Hache deja Londres y regresa a su tierra natal, donde años antes vivió un intenso primer amor junto a Babi. Decidido a reconstruir su vida e intentar conseguir algo de felicidad entre tantos recuerdos que lo atormentan, conoce a Ginebra, artista, cantante, alegre, enérgica y con un espíritu indomable. La candidata perfecta para empezar de cero, hasta que Babi vuelve a cruzarse en su camino y todos los demonios del pasado regresan para confundirlo.
La intrascendencia es el eje central de esta historia: nunca parece suceder nada importante, son eternos 120 minutos en los cuales ninguna situación parece conducirnos a algún sitio. Si el guión no colabora en mucho, menos lo hacen las endebles actuaciones. Allí está como protagonista Mario Casas: mucho músculo, mucha pose de foto con la famosa boca de pato y los ojos entrecerrados… el talento actoral brilla por su ausencia.
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La intrascendencia es el eje central de esta historia: nunca parece suceder nada importante, son eternos 120 minutos en los cuales ninguna situación parece conducirnos a algún sitio. Si el guión no colabora en mucho, menos lo hacen las endebles actuaciones. Allí está como protagonista Mario Casas: mucho músculo, mucha pose de foto con la famosa boca de pato y los ojos entrecerrados… el talento actoral brilla por su ausencia.
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3 de diciembre de 2012
Step Up 4: La Revolución
La hija de multimillonario emprendedor inmobiliario se enamora del humilde empleado de uno de los hoteles de su padre. Amor prohibido, dividido por las diferencias económicas pero saneado por el amor al baile, ambos jóvenes encontrarán la manera de sortear los obstáculos y permanecer juntos.
No necesitamos de muchos renglones más para resumir la trama de una historia que tiene todas las de perder desde su costado argumental, pero que logra momentos musicales y coreográficos de excelente nivel. Lamentablemente una cosa no llega a compensar a la otra. Todos los miembros del cast parecen modelos de ropa interior que se mueven en un mundo irreal, salido de un comercial donde la gente bonita no tiene preocupaciones y cuyo mayor objetivo es tener diez millones de visitas en su video de YouTube.
Cuando los flashmobs (bailes coreografiados espontáneos en lugares públicos) pasan a ser un arte de protesta, logran aún mejores cuadros musicales. Si cuando la película intenta tener momentos de seriedad y “actuación” uno desearía irse de la sala, las interpretaciones coreográficas son para sacarse el sombrero. La banda de sonido, muy actual y electrónica, cuenta entre sus tracks con Justin Bieber y Far East Movement (Lime my life), Jennifer López y FloRida (Goin’ in), MIA (Bad grils), Fergie y Pitbull (Feel Alive), Travis Barker (Let’s go), Timbaland y Ne-Yo (Hand in the air) y Haley Reinhart (Undone). La selección musical es de lo mejor de esta propuesta.
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No necesitamos de muchos renglones más para resumir la trama de una historia que tiene todas las de perder desde su costado argumental, pero que logra momentos musicales y coreográficos de excelente nivel. Lamentablemente una cosa no llega a compensar a la otra. Todos los miembros del cast parecen modelos de ropa interior que se mueven en un mundo irreal, salido de un comercial donde la gente bonita no tiene preocupaciones y cuyo mayor objetivo es tener diez millones de visitas en su video de YouTube.
Cuando los flashmobs (bailes coreografiados espontáneos en lugares públicos) pasan a ser un arte de protesta, logran aún mejores cuadros musicales. Si cuando la película intenta tener momentos de seriedad y “actuación” uno desearía irse de la sala, las interpretaciones coreográficas son para sacarse el sombrero. La banda de sonido, muy actual y electrónica, cuenta entre sus tracks con Justin Bieber y Far East Movement (Lime my life), Jennifer López y FloRida (Goin’ in), MIA (Bad grils), Fergie y Pitbull (Feel Alive), Travis Barker (Let’s go), Timbaland y Ne-Yo (Hand in the air) y Haley Reinhart (Undone). La selección musical es de lo mejor de esta propuesta.
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27 de noviembre de 2012
Curvas de la vida
Gus (Clint Eastwood) es un cazatalentos de los de antaño: basa sus decisiones en estadísticas impresas en los principales periódicos de su ciudad y hacia los pequeños pueblitos viaja personalmente para conocer a los jugadores y verlos desplegar todo su arte en la cancha. Desde hace décadas que trabaja ligado al mundo del baseball y su olfato jamás ha fallado. Pero los tiempos cambian, la tecnología gana terreno, su vista sufre grandes inconvenientes y desde el comité directivo del equipo los Bravos de Atlanta creen que es hora de pensar en un retiro. No todo está dicho: hay una última oportunidad. Gus deberá evaluar a la sensación del momento y decidir si merece un lugar en su amado club. Sabiendo de su incapacidad visual, su hija Mickey (Amy Adams) a punto de convertirse en socia del bufete jurídico en el cual trabaja desde hace siete años, resigna parte de su futuro laboral para ayudar a su padre y en este viaje intentará reconstruir la relación que jamás han tenido desde el trágico fallecimiento de su madre.
En Curvas de la vida los inconvenientes no surgen desde la dirección, muchos menos desde lo actoral (Eastwood como el cascarrabias potenciado por la edad y Adams como su comprensiva hija son un dúo filial aguerrido e incluso tierno). Sin embargo, el guión aletargado genera que cinto diez minutos de proyección se sientan muchísimo más extensos. Están presentes todos los clichés y los lugares comunes de cualquier historia que cimiente gran parte de su relato en el ámbito deportivo (en este caso el baseball), pero se suman algunos flashbacks que pretenden explicar (de modo algo forzado, pretencioso) el por qué del alejamiento entre padre e hija. Justin Timberlake, el interés romántico de Adams, compensa sus aún escasos dotes interpretativos con carisma y simpatía, pero ni siquiera eso nos distrae de la acumulación de finales felices de los que somos testigos en los últimos quince minutos de proyección.
Nuestra opinión: Regular
En Curvas de la vida los inconvenientes no surgen desde la dirección, muchos menos desde lo actoral (Eastwood como el cascarrabias potenciado por la edad y Adams como su comprensiva hija son un dúo filial aguerrido e incluso tierno). Sin embargo, el guión aletargado genera que cinto diez minutos de proyección se sientan muchísimo más extensos. Están presentes todos los clichés y los lugares comunes de cualquier historia que cimiente gran parte de su relato en el ámbito deportivo (en este caso el baseball), pero se suman algunos flashbacks que pretenden explicar (de modo algo forzado, pretencioso) el por qué del alejamiento entre padre e hija. Justin Timberlake, el interés romántico de Adams, compensa sus aún escasos dotes interpretativos con carisma y simpatía, pero ni siquiera eso nos distrae de la acumulación de finales felices de los que somos testigos en los últimos quince minutos de proyección.
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20 de noviembre de 2012
Bel Ami
Esta adaptación modelo 2012 de la novela francesa de 1885 publicada por Guy de Maupassant retrata la llegada a París de Georges Duroy (Robert Pattinson), miembro del ejército que durante dos años se encontró prestando servicio en Argelia.
Conciente de su atractivo físico y de las posibilidades que esto le traerá aparejado, su ambición comienza a ser alimentada por las damas de la alta sociedad que no pueden resistirse a sus encantos. Este buen amigo complacerá sexualmente a las mujeres correctas para ascender a las más altas esferas parisinas, dejando atrás y bien enterrado su pasado de origen humilde y sufrido.
Bel Ami tardó algunos meses más de los estipulados en un principio para llegar a las salas de nuestro país, espera que no rindió sus frutos y que fue totalmente en vano. Que alguien de personalidad tan distante y frívola como Pattinson despierte pasiones y conflictos tan encendidos es, como mínimo, irrisorio y para nada convincente. Por estos días vivimos una innecesaria sobredosis del actor británico, ídolo de hordas de adolescentes hormonales pero quien poco tiene para ofrecer en historias de calidad.
Por fortuna, siempre es positivo contar con Christina Ricci y sus tan expresivos ojos, actriz que se toma su personaje con soltura, gracia y ligereza, dentro de una andamiaje que se presiente suntuoso y anticuado.
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Conciente de su atractivo físico y de las posibilidades que esto le traerá aparejado, su ambición comienza a ser alimentada por las damas de la alta sociedad que no pueden resistirse a sus encantos. Este buen amigo complacerá sexualmente a las mujeres correctas para ascender a las más altas esferas parisinas, dejando atrás y bien enterrado su pasado de origen humilde y sufrido.
Bel Ami tardó algunos meses más de los estipulados en un principio para llegar a las salas de nuestro país, espera que no rindió sus frutos y que fue totalmente en vano. Que alguien de personalidad tan distante y frívola como Pattinson despierte pasiones y conflictos tan encendidos es, como mínimo, irrisorio y para nada convincente. Por estos días vivimos una innecesaria sobredosis del actor británico, ídolo de hordas de adolescentes hormonales pero quien poco tiene para ofrecer en historias de calidad.
Por fortuna, siempre es positivo contar con Christina Ricci y sus tan expresivos ojos, actriz que se toma su personaje con soltura, gracia y ligereza, dentro de una andamiaje que se presiente suntuoso y anticuado.
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9 de noviembre de 2012
Locos por los votos
Ahora si, los seguidores de Will Ferrell estarán de parabienes sabiendo que finalmente una de sus películas llega a los cines locales. Luego de varios pasos en falso y de no lograr estrenar en salas argentinas (la mayoría de sus últimas producciones fueron directo al mercado hogareño), Locos por los votos no justifica este cambio de racha. Básica, chabacana y con menos creatividad que otras propuestas que han quedado en el sinuoso camino de la distribución local, aquí todo se centra en el congresista Cam Brady (Ferrell), su metida de pata días antes de las elecciones y el surgimiento de un inesperado rival opositor, Marty Huggins (Zach Galifianakis). Carolina del Norte será el distrito que los verá pelearse cual niños en el arenero. Es que esta película es eso: dos personas grandes comportándose como niños pero destrozándose mutuamente con herramientas de adultos. Que los supuestos momentos de gracia refieran a homofobia, escatología y un par de golpes certeros a bebés y perros es demasiado poco.
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15 de octubre de 2012
Luces rojas
Los fenómenos paranormales han dividido las aguas desde siempre. Están aquellos que creen a ultranza en que hay una fuerza superior que nos permite experimentar sensaciones generadas por fuentes desconocidas. En la otra vereda se ubican los que aseguran que para todo fenómeno sobrenatural existe una explicación lógica, racional y científica.
Margaret Matheson y Tom Buckley (Sigourney Weaver y Cillian Murphy) son investigadores dedicados a develar engaños paranormales: se trasladan hasta el ámbito en donde se producen estas apariciones o “contactos” con el más allá para comprobar el origen fraudulento de los charlatanes que se aprovechan de la necesidad y desesperación ajenas. Luego de desenmascarar a un mentalista argentino que se hace pasar por italiano (Leonardo Sbaraglia, con un inglés imposible de descifrar si no fuera gracias a los subtítulos) llega el desafío que marcará un quiebre en sus carreras: Simon Silver.
Misteriosamente retirado hace más de treinta años, Silver (Robert De Niro) es un adivino ciego que vuelve al candelero para brindar una serie de shows en diversas ciudades. Desoyendo las recomendaciones de Matheson, Tom comienza a obsesionarse con Silver, hasta que realidad, magia, escepticismo y credulidad se funden a tal punto que nada es lo que aparenta ser.
Bajo la dirección de Rodrigo Cortés, “Luces rojas” está claramente dividida en dos partes, que funcionan de manera muy distinta. El inicio, los viajes, las investigaciones, los modos de desacreditar a los falsos mentalistas y cómo se transmite ese conocimiento a los estudiantes funciona gracias a la dupla Weaver/Murphy. Mucho de ese descreimiento recuerda a la Agente Scully tratando de echar algo de raciocinio a las especulaciones fantásticas de Mulder.
En cambio, la segunda mitad, cuando se transforma el relato en un supuesto thriller de suspenso, con algo de policial y de persecución psicológica, todo lo que se fue construyendo segundo a segundo, cuadro a cuadro, en los primeros sesenta minutos, termina temblando y desmoronándose. El final, un desenlace pomposo, exagerado y ridículo además propone una gran “revelación”, similar a esas que en un momento destacaron a M. Night Shyamalan y que luego terminaron convirtiéndolo en un hazmerreír en Hollywood.
Nuestra opinión: Regular
Margaret Matheson y Tom Buckley (Sigourney Weaver y Cillian Murphy) son investigadores dedicados a develar engaños paranormales: se trasladan hasta el ámbito en donde se producen estas apariciones o “contactos” con el más allá para comprobar el origen fraudulento de los charlatanes que se aprovechan de la necesidad y desesperación ajenas. Luego de desenmascarar a un mentalista argentino que se hace pasar por italiano (Leonardo Sbaraglia, con un inglés imposible de descifrar si no fuera gracias a los subtítulos) llega el desafío que marcará un quiebre en sus carreras: Simon Silver.
Misteriosamente retirado hace más de treinta años, Silver (Robert De Niro) es un adivino ciego que vuelve al candelero para brindar una serie de shows en diversas ciudades. Desoyendo las recomendaciones de Matheson, Tom comienza a obsesionarse con Silver, hasta que realidad, magia, escepticismo y credulidad se funden a tal punto que nada es lo que aparenta ser.
Bajo la dirección de Rodrigo Cortés, “Luces rojas” está claramente dividida en dos partes, que funcionan de manera muy distinta. El inicio, los viajes, las investigaciones, los modos de desacreditar a los falsos mentalistas y cómo se transmite ese conocimiento a los estudiantes funciona gracias a la dupla Weaver/Murphy. Mucho de ese descreimiento recuerda a la Agente Scully tratando de echar algo de raciocinio a las especulaciones fantásticas de Mulder.
En cambio, la segunda mitad, cuando se transforma el relato en un supuesto thriller de suspenso, con algo de policial y de persecución psicológica, todo lo que se fue construyendo segundo a segundo, cuadro a cuadro, en los primeros sesenta minutos, termina temblando y desmoronándose. El final, un desenlace pomposo, exagerado y ridículo además propone una gran “revelación”, similar a esas que en un momento destacaron a M. Night Shyamalan y que luego terminaron convirtiéndolo en un hazmerreír en Hollywood.
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8 de octubre de 2012
Búsqueda implacable 2
“No sé quién eres, no sé qué quieres. Si lo que quieres es dinero, te puedo decir que no tengo. Pero lo que sí tengo es un conjunto muy particular de habilidades, habilidades que he adquirido a lo largo de una prolongada carrera. Habilidades que me hacen una pesadilla a gente como tú. Si dejas ir a mi hija en este momento, aquí acaba todo. No te buscaré, no te perseguiré. Pero si no lo haces, te buscaré, te encontraré y te mataré”. Imposible no recordar esa determinante muestra de coraje y de amor hacia su hija con la que Bryan Mills (Liam Neeson) iniciaba la persecución para dar con Kim en el film original.
Cuatro años más tarde llega esta previsible e innecesaria continuación que arranca poco tiempo después de concluida aquella primera historia. Padres, hermanos e hijos de que quienes fueron asesinados por Bryan deciden cobrar venganza: en definitiva para los malhechores los lazos de sangre siempre son lo más fuerte y aquello por lo que están dispuestos a morir, aún sabiendo que no tienen oportunidad de ganarle a una máquina de matar como lo es este ex agente de la CIA.
Un viaje de negocios lo llevará hasta Estambul, ciudad a la que viajan su hija y ex mujer para sorprenderlo. La felicidad del reencuentro durará poco: los padres serán secuestrados y ahora Kim será la responsable de rescatarlos.
Explosiones, persecuciones, tomas aéreas a la orden del día, planos cortos, montaje veloz, un impersonal estilo de dirección rubricado por Olivier Megaton y un guión manufacturado para tener un éxito pochoclero (la primera parte recaudó $224 millones de dólares) es lo que nos brindó Luc Besson en uno de sus proyectos menos inspirados.
Nuestra opinión: Regular
Cuatro años más tarde llega esta previsible e innecesaria continuación que arranca poco tiempo después de concluida aquella primera historia. Padres, hermanos e hijos de que quienes fueron asesinados por Bryan deciden cobrar venganza: en definitiva para los malhechores los lazos de sangre siempre son lo más fuerte y aquello por lo que están dispuestos a morir, aún sabiendo que no tienen oportunidad de ganarle a una máquina de matar como lo es este ex agente de la CIA.
Un viaje de negocios lo llevará hasta Estambul, ciudad a la que viajan su hija y ex mujer para sorprenderlo. La felicidad del reencuentro durará poco: los padres serán secuestrados y ahora Kim será la responsable de rescatarlos.
Explosiones, persecuciones, tomas aéreas a la orden del día, planos cortos, montaje veloz, un impersonal estilo de dirección rubricado por Olivier Megaton y un guión manufacturado para tener un éxito pochoclero (la primera parte recaudó $224 millones de dólares) es lo que nos brindó Luc Besson en uno de sus proyectos menos inspirados.
Nuestra opinión: Regular
Hotel Transylvania
En esta propuesta de Sony Pictures Animation los villanos somos los humanos, no los indefensos monstruos que sólo intentan escapar de nosotros. Tras un prólogo que nos explica, sólo un poco, el porqué de la construcción del hotel que da nombre a la película, enseguida viajamos 118 años hacia el futuro. Es el momento en que la hija de Drácula deja de ser una niña y está lista para descubrir el mundo, a pesar de la reticencia y del temor de su padre. El Hotel Transylvania vuelve a congregar a los monstruos más famosos (el hombre invisible, Frankenstein, la momia, el hombre lobo) quienes se hospedan aquí decididos a pasar una temporada lejos de las personas y dispuestos a celebrar este cumpleaños tan especial. Hasta que un humano entra al hotel, se enamora de quien no corresponde y Drácula deberá hacerlo pasar por uno de ellos para que su negocio y su reputación no se desvanezcan.
Dirigida por Genndy Tartakovsky (el cerebro detrás de los éxitos de “Las chicas superpoderosas” y “El laboratorio de Dexter”), Hotel Transylvania tiene un gravísimo inconveniente: la indefinición del target al que apunta. No es una historia para los más pequeños (que pueden asustarse en varias escenas) y carece de la picardía y el remate certero para los chicos más grandes (ni que hablar de que los adultos no fueron tenidos en cuenta al momento de escribir el guión). Tanto es así que los noventa minutos de duración se perciben como muchos más, no se presentan variaciones a una historia que de original no posee demasiado y que concluye como uno supone que habría de hacerlo: música pop, colores brillantes y diferencias resueltas.
Algo a destacar: aunque pocas, hay funciones en idioma original para apreciar los trabajos de Adam Sandler, Selena Gómez, Kevin James, Fran Drescher, Steve Buscemi, Molly Shannon, Andy Samberg, David Spade y CeeLo Green.
Nuestra opinión: Regular
Dirigida por Genndy Tartakovsky (el cerebro detrás de los éxitos de “Las chicas superpoderosas” y “El laboratorio de Dexter”), Hotel Transylvania tiene un gravísimo inconveniente: la indefinición del target al que apunta. No es una historia para los más pequeños (que pueden asustarse en varias escenas) y carece de la picardía y el remate certero para los chicos más grandes (ni que hablar de que los adultos no fueron tenidos en cuenta al momento de escribir el guión). Tanto es así que los noventa minutos de duración se perciben como muchos más, no se presentan variaciones a una historia que de original no posee demasiado y que concluye como uno supone que habría de hacerlo: música pop, colores brillantes y diferencias resueltas.
Algo a destacar: aunque pocas, hay funciones en idioma original para apreciar los trabajos de Adam Sandler, Selena Gómez, Kevin James, Fran Drescher, Steve Buscemi, Molly Shannon, Andy Samberg, David Spade y CeeLo Green.
Nuestra opinión: Regular
La casa de al lado
Jennifer Lawrence cayó en la maldición de las destacadas actrices del cine y protagoniza su (desalentadora) primera incursión en el terror, género que amenazó con desestabilizar la carrera de más de una celebridad.
Aquí, hija adolescente y madre conflictiva (Elisabeth Shue) se mudan a un nuevo pueblo en donde las casas son enormes, los jardines lo son aún más y las distancias entre los sicópatas y la civilización son kilométricas. Hasta allí van a parar estas dos desprotegidas mujeres quienes logran pagar el alquiler debido a que en la casa de al lado tuvo lugar un parricidio hace algún tiempo. Los pobladores hablan sin cesar del único sobreviviente de aquella malograda familia, incrementando el poder de la frase “pueblo chico, infierno grande”.
Ni siquiera tan espantosa historia podrá generar algo de tensión o de intriga en un relato que se va plagando de lugares comunes, maniqueísmo al momento de conformar a sus protagonistas y un malo con aspecto de sicótico desde su primera aparición en pantalla. Cuando las nuevas vecinas descubran que no todo lo que se dice es cierto y que hay más por revelar de aquel sangriento doble homicidio, el pasado volverá para acallar todas las sospechas.
Nuestra opinión: Regular
Aquí, hija adolescente y madre conflictiva (Elisabeth Shue) se mudan a un nuevo pueblo en donde las casas son enormes, los jardines lo son aún más y las distancias entre los sicópatas y la civilización son kilométricas. Hasta allí van a parar estas dos desprotegidas mujeres quienes logran pagar el alquiler debido a que en la casa de al lado tuvo lugar un parricidio hace algún tiempo. Los pobladores hablan sin cesar del único sobreviviente de aquella malograda familia, incrementando el poder de la frase “pueblo chico, infierno grande”.
Ni siquiera tan espantosa historia podrá generar algo de tensión o de intriga en un relato que se va plagando de lugares comunes, maniqueísmo al momento de conformar a sus protagonistas y un malo con aspecto de sicótico desde su primera aparición en pantalla. Cuando las nuevas vecinas descubran que no todo lo que se dice es cierto y que hay más por revelar de aquel sangriento doble homicidio, el pasado volverá para acallar todas las sospechas.
Nuestra opinión: Regular
28 de agosto de 2012
Terror en Chernobyl
De la mano de los mismos creadores del filme que originó la saga “Actividad Paranormal”, esta nueva propuesta se centra en seis turistas de diversas nacionalidades (cuatro de ellos norteamericanos con diferentes relaciones de parentesco) quienes contratan a un guía para llegar hasta la abandonada ciudad de Pripyat, la antigua casa de los trabajadores del reactor nuclear de Chernobyl. Con un estilo desprolijo y “natural” -el uso de cámara en mano no es subjetivo, pero está al borde de serlo- descubrimos de a poco que la supuesta ciudad abandonada no lo es tanto y que extrañas criaturas habitan allí marcados por las consecuencias de las fugas radioactivas. La cacería de lo invisible hacia las indefensas víctimas no se hace esperar y los aterrorizados turistas sucumben uno a uno a manos de estos seres que poco tienen de humanos. La originalidad y terror genuino, bien gracias.
Nuestra opinión: Regular
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30 de julio de 2012
Los tres chiflados
Dividido en tres episodios, la versión 2012 de “Los Tres Chiflados” no es un completo desastre, como cabría esperar de semejante intento por recrear en cine uno de los grandes clásicos de la comedia televisiva.
Conocemos a Moe, Larry y Curly cuando son abandonados en la puerta de un orfanato y desde allí, con infructuosos intentos de lograr ser adoptados por parejas deseosas de hijos, hasta su adultez, nada parece haber cambiado en el coeficiente intelectual de este trío. Cuando la seguridad del orfelinato sea puesta en riesgo por las torpezas que cometieron a lo largo de los años, Moe, Larry y Curly deciden salir al mundo real para conseguir los ochocientos mil dólares necesarios para salvar su hogar. Intento de homicidio y reality show de por medio, el futuro de decenas de niños está en manos de las tres personas incorrectas.
El humor sano sin dobles sentidos y la ausencia de gagas escatológicos, son un intento por trasladar las cualidades principales de la serie al cine, pero esto no es suficiente como para convertirla en una buena película. Las actuaciones y caracterizaciones de las versiones infantiles de los protagonistas son demasiado exageradas, y ni siquiera la genial Jane Lynch (quien como la madre superiora muestra su lado tierno y compasivo) y Larry David (interpretando a una masculina monja que odia toda referencia a “La novicia rebelde”) alcanzan para hacernos olvidar de este detalle.
Nuestra opinión: Regular
El humor sano sin dobles sentidos y la ausencia de gagas escatológicos, son un intento por trasladar las cualidades principales de la serie al cine, pero esto no es suficiente como para convertirla en una buena película. Las actuaciones y caracterizaciones de las versiones infantiles de los protagonistas son demasiado exageradas, y ni siquiera la genial Jane Lynch (quien como la madre superiora muestra su lado tierno y compasivo) y Larry David (interpretando a una masculina monja que odia toda referencia a “La novicia rebelde”) alcanzan para hacernos olvidar de este detalle.
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