A lo largo de noventa años de la historia argentina, el director Carlos Galettini narra las vivencias de Clorindo y la niña Clarita, el fruto de ese amor bautizado con el mismo nombre de su padre y la nieta de ambos, Clara. Son diferentes modos de encarar la vida, pero todos están unidos por un fuerte lanzo de sangre.
Es increíble que aún pretendan convencernos de que Juana Viale es buena actriz: no sólo es inexpresiva y monocorde sino que despliega frivolidad a mansalva. Su personaje recita ampulosos parlamentos con tan poca convicción que causan gracia. “La patria equivocada” atrasa cincuenta años la evolución del cine y se estanca en aquellos años donde la afectación era celebrada, en contraposición a la búsqueda de la naturalidad actual. El montaje rudimentario y la música arcaica tampoco son de mucha ayuda, sin tener presente los problemas de audio de origen y las varias desastrosas actuaciones secundarias.
Lamentablemente, esta cinta desdibuja la historia a la cual pretende homenajear, convirtiéndose en una parodia de la conformación de nuestra nación.
Nuestra opinión: Mala
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