¿Cómo definir el discurso religioso? ¿Cuáles son sus características más propias y específicas? ¿Cuáles sus formas? Este libro aborda de manera original las respuestas a estos interrogantes. No define el discurso religioso desde las categorías temáticas al uso, sino desde la lingüística.
Formas tradicionales como la plegaria y la profecía son redescubiertas desde la pragmática. Así, se caracterizan y clasifican las plegarias de petición, de adoración, de acción de gracias, por un lado; y las profecías narrativas, exhortativas, descriptivas, por el otro.
En un segundo momento, se aborda el estudio de las funciones de estas formas discursivas: los textos-plegaria y los textos-proféticos son vehículos de la causalidad que desata la acción, elementos de organización estructural siempre útiles para anticipar o recapitular lo narrado, eficaces espacios para manifestar el juego de mundos reales y posibles implicados en el diseño ficcional.
Formas tradicionales como la plegaria y la profecía son redescubiertas desde la pragmática. Así, se caracterizan y clasifican las plegarias de petición, de adoración, de acción de gracias, por un lado; y las profecías narrativas, exhortativas, descriptivas, por el otro.
En un segundo momento, se aborda el estudio de las funciones de estas formas discursivas: los textos-plegaria y los textos-proféticos son vehículos de la causalidad que desata la acción, elementos de organización estructural siempre útiles para anticipar o recapitular lo narrado, eficaces espacios para manifestar el juego de mundos reales y posibles implicados en el diseño ficcional.
Todo el análisis está puesto al servicio de la obra del primer poeta de la literatura castellana cuyo nombre conocemos, Gonzalo de Berceo, que, al cabo de este recorrido, renace con su frescura inicial.
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