Cualquier mujer que haya sido madre tiene derecho a envidiar a la televisión. Nueve meses de gestación le llevó a ella traer a su hijo a un mundo donde vibrará de alegría con ciertos gozos, pero también padecerá las sombras. La TV, en cambio, es capaz de parir un famoso y largarlo a vivir dentro de un paraíso perpetuamente iluminado por fuegos de artificio en tiempo récord. Eso sí, las celebridades fabricadas por la pantalla chica vienen sin garantía: su fama dura lo que dura y cuando se termina, no hay a quién reclamarle.
Y si no, que le pregunten a Juan Perugia, el personaje de Gastón Pauls en Todos contra Juan (América, martes a las 22.15). Gracias a su actuación en una tira juvenil a mediados de los '90, experimentó las cosquillas de la popularidad durante su adolescencia. Y ahora, quince años después de haber entrado en el ocaso, pelea sin ninguna suerte para regresar al candelero. Los exitosos Pells (Telefe, martes a viernes a las 22.30) muestra otra fase del lunático ciclo de la fama: la tira arranca con Martín y Sol, el matrimonio que conduce el noticiero de la cadena Meganews, en la cima del estrellato que supieron construir y sostener ocultando la verdad de sus vidas detrás de una gran farsa. En Amanda O (América, lunes a viernes a las 20.15; repite a la medianoche), Natalia Oreiro es una actriz de telenovelas que desvela a todos con su divismo hasta que un traspié le despierta el deseo menos pensado: dejar de ser una superestrella y recuperar su identidad. No le resultará fácil, porque los años de brillo la volvieron una adicta a las cámaras.
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