Con sus intervenciones desde el campo de juego durante las transmisiones de fútbol, Tití Fernández fue creando un personaje único en el mundillo de la pelota: anti heroico, simpático, tan querible como vecino del ridículo. “Durante mucho tiempo fui el rey de la pregunta pelotuda”, se sincera Tití, célebre por sus diálogos con los futbolistas antes, durante y después de los partidos. Y explica: “Cuando termina un partido, te encontrás con un tipo contento porque ganó, o uno triste porque perdió; muy original no podés ser”.Marcelo Benedetto, de perfil más formal, ha logrado una dupla bizarra con Tití: se disfrazaron de bomberos, enfermeros y otras extravagancias, se fueron de la cancha a caballo, y mucho más. “Mis amigos me preguntan si cambié. Y no: es que Tití me ayudó a soltarme”, confiesa Benedetto. Y agrega: “Somos volantes de ida y vuelta, obreros de este trabajo, y esto es un bonus.”
Unidos por la pasión que despierta el fútbol, Tití y Marcelo nos cuentan en Secretos (con) partidos, historias, anécdotas y curiosidades de los campeonatos nacionales e internacionales con el humor, la sencillez y el profesionalismo que los caracteriza.
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