La fama sigue costando carísimo, pero los acreedores son en su mayoría paparazzi y revistas de chismes que hacen sudar a las estrellas, pero por razones muy distintas al esfuerzo físico. Esa es la historia llena de cinismo que cuenta
Dirt , la serie que se estrena pasado mañana, a las 21, por People + Arts. Producida y protagonizada por Courteney Cox, en un papel muy alejado de su Monica Geller en Friends, aquí la morocha es Lucy Spiller, la editora en jefe de las revistas sensacionalistas Dirt y Now , un par de publicaciones que se dedican a destapar los secretos más oscuros de los habitantes de Hollywood. Despiadada y aparentemente insensible, la mujer dirige su reino de chismes con mano de hierro, ayudada por Don Konkey (Ian Hart) un fotógrafo que hace lo que sea por ella, siempre y cuando su esquizofrenia se lo permita. Es que el hombre hace cosas como cavar una trinchera para fotografiar a un casado y muy infiel jugador de básquet estrella, saca la foto y todo mientras se pelea con sus voces imaginarias.
Acostumbrada a ser el objeto de persecución de los paparazzi desde que se convirtió en parte de una de las series más exitosas de los últimos años, Cox podría haber aprovechado Dirt para cargar fuerte contra la suciedad de la industria de la indiscreción que hace que no pueda salir a la calle sin temor a ser fotografiada. Pero no lo hizo. Porque la serie reparte maldades para todos los frentes. Si bien los tejes y manejes de Lucy muestran una falta completa de escrúpulos cuando se trata de publicar muy privados asuntos de personas públicas, tampoco las perseguidas estrellas de la ficción son trigo limpio. Infieles, mentirosos y muy ambiciosos, los actores que se encuentran en la vereda de enfrente de los tabloides también suelen utilizarlos. Al menos, esa es la tesis que defiende Dirt desde su primer capítulo. En él, la pareja de jóvenes actores formada por Julia Mallory (Laura Allen) y Holt McLaren (Josh Stewart) se encuentra en una encrucijada. Se quieren, pero el éxito de ella y el fracaso de él están a punto de separarlos. Hasta que aparecen Lucy y sus secuaces con una oferta para revivir la carrera de Holt que el muchacho no podrá rechazar. Tentado por el diablo para vender su alma a cambio de conseguir un papel en la nueva película de David Fincher ( El club de la pelea ), el actor accede, una rendición que tendrá consecuencias más que graves para sus amigos y pareja.
Siempre coqueteando con el universo Hollywood, del que es arte y parte, Cox y sus guionistas aprovechan los titulares de las versiones reales de las revistas Dirt y Now, para construir la trama de cada capítulo. No resulta muy complicado conectar retazos del guión sobre el embarazo secreto de una estrella, la adicción de otra y la infidelidad serial de la de más allá, con nombres de la vida real. Y los contactos con la realidad se acentuarán con el correr de los episodios cuando Julia pase de actriz en ascenso al hazmerreír de la industria por sus constantes problemas con las drogas y el alcohol, una trama que muchos encontraron casi calcada de la vida de Lindsay Lohan. Otros creyeron adivinar que el rubio actor tan bello como tonto que aparece en el primer episodio es una caricatura de Brad Pitt, el ex marido de la mejor amiga de Cox, Jennifer Aniston. Más allá de las especulaciones y las malas lenguas, lo cierto es que la amistad entre las dos veteranas de Friends se probará cuando Aniston aparezca en uno de los capítulos finales de la primer temporada de esta ficción que acaba de inaugurar su segunda vuelta en la pantalla chica norteamericana. Claro que, como Cox, Aniston prefirió pasar del otro lado del mostrador y ella que tanto sufrió y sufre por la constante invasión a su privacidadinterpretará en Dirt a una periodista especializada en chismes que intentará robarle su puesto a la dedicada Lucy.
Fuente: Diario La Nación
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