27 de noviembre de 2012

La edad de la duda

Con las primeras luces del alba, el comisario Salvo Montalbano se despierta sobresaltado por una pesadilla angustiosa. En ella, la capilla ardiente de su propio funeral se instala en su despacho y todos sus compañeros de trabajo le dan las condolencias por su reciente fallecimiento. Y lo peor es que Livia le comunica que no tiene intención de asistir al entierro, pues aunque lo ha amado tanto en vida, no puede "desaprovechar esa oportunidad". Las zozobras íntimas del comisario quedan en segundo plano cuando la llegada al puerto de Vigàta de un misterioso velero de lujo coincide con el hallazgo de un cadáver con el rostro desfigurado. Montalbano pone manos a la obra y pronto se verá inmerso en una investigación de muy hondo calado, en la que el tráfico de diamantes africanos desempeña un papel fundamental.

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