7 de febrero de 2013

Zero Dark Thirty - La noche más oscura

Consagrados gracias a “Vivir al límite”, la directora Kathryn Bigelow y el productor Mark Boal decidieron volver a unir fuerzas para retratar los diez años durante los cuales la CIA estuvo tras los pasos de Osama Bin Laden. Reescrito de manera completa tras el asesinato del líder terrorista, el film que en algún momento se pensó podía llegar a ser dirigido por James Cameron quedó en manos de su ex mujer. “Kill Bin Laden” fue durante muchísimo tiempo el título original de esta película, incluso así se la conocía durante su etapa de rodaje. Zero Dark Thirty hacer referencia, en términos militares, a las doce y media de la noche, horario en el que se inició la redada que acabó con la vida de Bin Laden.
Los realizadores ponen de manifiesto su postura frente a la guerra contra el terrorismo tomando el 11-S como punto de partida para analizar otros ataques en diversas ciudades del mundo (Londres, España, entre otras). Las locaciones no reveladas, los movimientos del Grupo Saudita y los interrogatorios salvajes son moneda corriente en esta lucha por la verdad. Pero hay un dato que hace un poco de ruido. Que la información incluida en documentos oficiales secretos sea revelada por primera vez a través de esta producción (aunque luego este hecho haya sido negado de manera muy poco convincente) demuestra la necesidad del pueblo norteamericano de seguir creyendo en la versión que su gobierno brinda acerca de los hechos originados a partir del fatídico 11 de septiembre de 2001.

Jessica Chastain, nominada al Oscar por este personaje, confesó que interpretar a la agente especial de la CIA detrás de los pasos de las células homicidas fue una muy dura experiencia. Uno como espectador puede comprender cabalmente a qué se refiere la actriz.
Bigelow se decidió por el mismo estilo natural de su propuesta anterior, sin artificios ni regodeos visuales, sin distraernos de lo verdaderamente importante: la persecución y aniquilamiento del máximo líder terrorista de los últimos quince años. “Tratar de encontrar a Bin Laden es como perseguir a un fantasma” deslizan por allí, será por ello que jamás explican por qué el cadáver nunca fue llevado hasta los Estados Unidos.

Nuestra opinión: Buena

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