Ahora si, los seguidores de Will Ferrell estarán de parabienes sabiendo que finalmente una de sus películas llega a los cines locales. Luego de varios pasos en falso y de no lograr estrenar en salas argentinas (la mayoría de sus últimas producciones fueron directo al mercado hogareño), Locos por los votos no justifica este cambio de racha. Básica, chabacana y con menos creatividad que otras propuestas que han quedado en el sinuoso camino de la distribución local, aquí todo se centra en el congresista Cam Brady (Ferrell), su metida de pata días antes de las elecciones y el surgimiento de un inesperado rival opositor, Marty Huggins (Zach Galifianakis). Carolina del Norte será el distrito que los verá pelearse cual niños en el arenero. Es que esta película es eso: dos personas grandes comportándose como niños pero destrozándose mutuamente con herramientas de adultos. Que los supuestos momentos de gracia refieran a homofobia, escatología y un par de golpes certeros a bebés y perros es demasiado poco.
Nuestra opinión: Regular
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