Un asistente diplomático con ansias de brillar por encima de las sombras de su profesión se ve envuelto en una emocionante misión cuando le asignan un nuevo compañero y cómplice: Charlie Wax. Mientras ambos causan destrozos por todo París en una misión de paz contra el terrorismo, nuestro joven agente descubre que las armas más mortales son las que más queremos.
Desde la secuencia de títulos podemos vislumbrar la dualidad que tendrán todos los personajes, por lo que cuando empiezan a traicionarse unos a otros, las escenas de acción poco pueden hacer por quitarnos el adormecimiento que ya tenemos.
Sangre y amor en París es una pequeña decepción si tenemos en cuenta a su productor (Luc Besson, que acaba de confirmar que su saga de films de El Transportador se convertirá en una serie de TV) y su director, Pierre Morel, el mismo de la angustiante “Búsqueda implacable”.
Nuestra opinión: n n n n n
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