El actor y director Dennis Hopper, protagonista de “Busco mi destino”, falleció ayer en su casa de Venice, California, a los 74 años, tras pelear contra un cáncer de próstata.
Por esas ironías del destino, el hombre que representó quizá mejor que ninguna otra figura de Hollywood el espíritu rebelde, contracultural y rupturista de los años 60 terminó sus días enfrentado en una furibunda pelea con su quinta y última esposa, Victoria Duffy, con mucho dinero de por medio.
A fines de enero, Hopper le pidió el divorcio mientras peleaba en un hospital contra un avanzado cuadro de cáncer de próstata, diagnóstico que recibió en 2002 y sólo quiso revelar al público a fines de 2009. Pero Duffy -madre de uno de los cuatro hijos de Hopper, todos de diferentes matrimonios- respondió a ese pedido reclamando para ella un seguro de vida de un millón de dólares.
Referirse a Dennis Hopper a partir de cifras de esa magnitud podía resultar un flagrante contrasentido cuatro décadas atrás. Fue en 1969 cuando alcanzó con “Busco mi destino” (Easy Rider) la cumbre expresiva del espíritu inconformista y provocador que se respiraba en buena parte del ambiente cultural de Hollywood.
Fuente: La Nación
Por esas ironías del destino, el hombre que representó quizá mejor que ninguna otra figura de Hollywood el espíritu rebelde, contracultural y rupturista de los años 60 terminó sus días enfrentado en una furibunda pelea con su quinta y última esposa, Victoria Duffy, con mucho dinero de por medio.
A fines de enero, Hopper le pidió el divorcio mientras peleaba en un hospital contra un avanzado cuadro de cáncer de próstata, diagnóstico que recibió en 2002 y sólo quiso revelar al público a fines de 2009. Pero Duffy -madre de uno de los cuatro hijos de Hopper, todos de diferentes matrimonios- respondió a ese pedido reclamando para ella un seguro de vida de un millón de dólares.
Referirse a Dennis Hopper a partir de cifras de esa magnitud podía resultar un flagrante contrasentido cuatro décadas atrás. Fue en 1969 cuando alcanzó con “Busco mi destino” (Easy Rider) la cumbre expresiva del espíritu inconformista y provocador que se respiraba en buena parte del ambiente cultural de Hollywood.
Fuente: La Nación
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