Charlton Heston, quien ganó en 1959 el Oscar al mejor actor por el clásico Ben-Hur falleció el sábado por la noche en su casa de Beverly Hills, a los 84 años, según informó el vocero del intérprete, Bill Powers.
Del western (Hogueras de odio, La bella de Sacramento) a la comedia (Orgullo contra orgullo); del drama (La dama marcada, La furia del deseo) a la aventura (Marabunta, El bucanero), todos los géneros le fueron propicios a Heston en los años 50. Pero con sus apariciones épicas en esa década y las sucesivas gracias a Los diez mandamientos, Ben Hur (por el que ganó un Oscar), El Cid, 55 días en Pekín, La más grande historia jamás contada, Khartoum y El amo de las islas se ganó un lugar de popularidad y reconocimiento masivo. Y aunque siempre fue identificado con las superproducciones de elevados presupuestos (género en el que perseveró en los años 70 con La batalla de Midway y Terremoto), también supo ser apreciado como intérprete, sobre todo, gracias a Sed de mal, la obra maestra de Orson Welles ("el hombre que más me enseñó a ser actor", según confesó), y al extraordinario western Horizontes de grandeza, de Sam Peckinpah.
Abandonó la vida pública tras anunciar que estaba afectado por el mal de Alzheimer, en agosto de 2002. Antes, en 2001, se había despedido del cine con una fugaz aparición en la versión de El planeta de los simios, dirigida por Tim Burton. Allí donde Michael Moore cargó con dureza contra él, sus colegas -aun sus más encarnizados adversarios-, lo recordaron con afecto y hablaban de su dedicación a la conservación de películas en el American Film Institute, y del orgullo que siempre tuvo por su carrera. "He interpretado a tres presidentes, tres santos y dos genios. Eso debería satisfacer a cualquiera."
Fuente: Diario La Nación
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