Los años transcurridos entre la caída de Perón y el retorno a la democracia sin proscripciones depararon muchas sorpresas. Una de ellas fue la cantidad de muertes que produjo la política. En este tercer tomo de la Historia del Peronismo se explica cómo ocurrieron las cosas, quiénes las iniciaron y cuál fue el motivo de que corriera tanta sangre de argentinos, cuando la gran mayoría ansiaba vivir en paz. El peronismo ha sido el gran protagonista de estos hechos. Aquí se describen minuciosamente los fusilamientos de la Revolución Libertadora, en 1956, y catorce años después los inicios de una trágica seguidilla de asesinatos, cuando la violencia —avalada por el líder en sus cartas a Cooke— pasó a manos de su “juventud maravillosa”.
Gambini analiza cómo se fueron enrolando en una guerra revolucionaria, donde las influencias de la Revolución Cubana, las batallas de Argelia y Vietnam y los ecos del mayo francés insuflaron en los jóvenes la creencia de que se podía derrotar al Ejército. Se inició un gran movimiento bajo el liderazgo de Perón, confundiendo el socialismo nacional y su tendencia fascista con el socialismo de la izquierdista marxista. Esto nunca se aclaró debidamente y así nacieron los Montoneros, quienes debutaron con un asesinato —el de Aramburu—, y a quienes se sumaron los curas tercermundistas. A ellos se agregaron luego los militantes del ERP, con una carga ideológica aún más explosiva.
El libro indaga también en los intentos de Frondizi e Illia por incorporar el peronismo a la vida democrática y en los movimientos militares que lo impidieron.
Aparecen los muertos civiles y militares que produjeron los Montoneros de Firmenich y el ERP de Santucho. Figuran los jóvenes acribillados bajo las presidencias de Perón y su mujer. Se detallan los izquierdistas desaparecidos y asesinados durante el régimen militar de Videla y Massera.
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