El septuagenario Alfie (Anthony Hopkins) decide dejar a su esposa Helena (Gemma Jones), con quien estuvo casado casi cincuenta años, de un día para el otro e inicia una nueva relación con una escort de poca monta. Mientras él va en busca de su adolescencia perdida, Helena recurre a los consejos de una adivina “profesional”, una mujer que le revelará detalles de su futuro venidero.
Mientras tanto, Sally (Naomi Watts), la hija de matrimonio, es infeliz en la relación con su marido Roy (Josh Brolin), un escritor que hasta ahora ha conseguido un solo éxito y continua fracasando en el intento de publicar su segundo libro. Sin embargo, ella se enamora de Greg (Antonio Banderas), el galerista para quien trabaja, mientras que su marido siente atracción por Dia (Freida Pinto), la joven vecina del departamento de enfrente. Afrontar la verdad o seguir fingiendo será la decisión que deberán tomar todos ellos.
“You will meet a tall dark stranger” es uno de los filmes menos inspirados de Woody Allen en los últimos años: el guión no es lo suficientemente mordaz o ácido como para despertar gracia por el patetismo ajeno. Es una historia que se queda a medio camino entre lo cómico y lo irónico, sin llegar a explotar ninguno de estos dos flancos. La actuación de Banderas desentona con el resto del elenco: el actor español intenta, por momentos y con muy poco disimulo, emular los tics de su inigualable director.
Nuestra opinión: n n n n n
Mientras tanto, Sally (Naomi Watts), la hija de matrimonio, es infeliz en la relación con su marido Roy (Josh Brolin), un escritor que hasta ahora ha conseguido un solo éxito y continua fracasando en el intento de publicar su segundo libro. Sin embargo, ella se enamora de Greg (Antonio Banderas), el galerista para quien trabaja, mientras que su marido siente atracción por Dia (Freida Pinto), la joven vecina del departamento de enfrente. Afrontar la verdad o seguir fingiendo será la decisión que deberán tomar todos ellos.
“You will meet a tall dark stranger” es uno de los filmes menos inspirados de Woody Allen en los últimos años: el guión no es lo suficientemente mordaz o ácido como para despertar gracia por el patetismo ajeno. Es una historia que se queda a medio camino entre lo cómico y lo irónico, sin llegar a explotar ninguno de estos dos flancos. La actuación de Banderas desentona con el resto del elenco: el actor español intenta, por momentos y con muy poco disimulo, emular los tics de su inigualable director.
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