Fabiana (Lucila Solá) y Manuel (Aníbal Silveyra) son dos argentinos que emigraron a Estados Unidos por motivos muy distintos y de casualidad se conocen en una cafetería de California. Los dos están pasando por un momento difícil, cada uno por razones muy diversos –o no tanto- y deciden pasar el día juntos para tratar de vivir, lo mejor posible, un buen día.
La estática y convencional dirección de Nicolás del Boca, más adecuada para un culebrón televisivo que para un film, no ayuda a suplir los diálogos ampulosos y difíciles de expresar con naturalidad escritos por Enrique Torres. Con una ausencia total de dirección de actores, un desenlace esotérico, una flojísima interpretación de Lucila Solá e incontrolables arrebatos de cólera/tristeza/alegría por parte de Silveyra, “Un buen día” es un producto menor, pobre, extraño y que debe esconder algún interés secundario que nosotros desconocemos.
Nuestra opinión: n n n n n
La estática y convencional dirección de Nicolás del Boca, más adecuada para un culebrón televisivo que para un film, no ayuda a suplir los diálogos ampulosos y difíciles de expresar con naturalidad escritos por Enrique Torres. Con una ausencia total de dirección de actores, un desenlace esotérico, una flojísima interpretación de Lucila Solá e incontrolables arrebatos de cólera/tristeza/alegría por parte de Silveyra, “Un buen día” es un producto menor, pobre, extraño y que debe esconder algún interés secundario que nosotros desconocemos.
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