La muerte de su madre marcó el final de la infancia para Lawrence Talbot (Benicio del Toro). Desde aquél entonces siempre trató de escapar de la pequeña aldea victoriana de Blackmoor intentando olvidar lo ocurrido. Pero cuando Gwen Conliffe (Emily Blunt), la novia de su hermano le pide ayuda para encontrarlo, Talbot deberá regresar a enfrentarse con oscuros secretos familiares y con la castradora presencia de su padre (Anthony Hopkins). Las leyendas y las maldiciones que pasen de generación en generación están presentes en todos los rincones de Blackmoor.
En esta cascoteada producción, que sufrió incontables problemas durante su rodaje y cuya fecha de estreno debió aplazarse en más de una oportunidad, nada parece fluir naturalmente. Es una deslucida versión de un personaje clásico del terror popular como lo son los licántropos, y cuyo director incluso calcó escenas de la versión de Tim Burton de la leyenda del jinete sin cabeza (de la que solo sobrevivió el compositor Danny Elfman). La invasiva música incidental, la poca convicción de Benicio del Toro y los malogrados efectos visuales terminan de empequeñecer la propuesta.
Nuestra opinión: n n n n n
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